Yo tenía un pacto con las aves,
si el viento silbara nosotras
volaríamos
a la urgencia de su canto
enamorado,
le juramos todas, buscarle la voz
de abril
y me juraron todas
que no me quemaría diciembre
helado.
Yo tenía un pacto de halcón,
de sábana turbia y de paloma
espesa,
dijeron que vivir volando es una
causa
aquello sería la victoria de las
hadas de los cuentos
que tú pueblas.
Pero claro, yo no era paloma,
no podía luchar yo su batalla
y volar sin vivir no tiene causa.
Yo que tenía un pacto con las
aves
las dejé para los locos
y aterricé en tus manos.
Dejar de ser paloma, alondra y
viento enamorado
por milana desnutrida es algo que
nunca perdonaron.
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