que llegue el mundo en su arrogancia ejemplar,
que me plante cara el tiempo y que se expanda,
que me llamen y asignen el más cruel de los nombres.
Cuando el cielo se quiebre y rompa
que salgan de sus dos mitades la luz y la sombra,
que venga Dios, que os señale con el dedo,
infelices, asustados creeréis que viene a socorreros.
Qué infame una fe de alma corrompida,
se habra de cumplir la humana profecía.
Cuando vengan los jinetes a cortaros la cabeza
emitid juicios de valor, señaladme con el dedo.
Miradme con envidia, estoy vendida a la lujuria,
miento codicio y desespero pero soy libre
porque cuando llegue el fin yo elegiré ir con Cerbero.