martes, 15 de noviembre de 2011

Reniego de la vida sin Macondo

Qué obsceno encuentro el mundo sin Melquiades, necesitamos atracciones de gitanos que nos hagan olvidar la podredumbre. Qué vacía el alma si no aspirara yo también a la belleza de Remedios. El corazón, un cobarde, temeroso de lo infinito si no se guía en la ceguera de Úrsula. Requiero el espíritu libre de Amaranta Úrsula y que crezcamos en el amor de los incestos.Qué se prolongen nuevamente las lluvias cuatro años y que nos limpien las heridas. Aprendamos a vivir en soledades, bajo el árbol que cobija la locura de Jose Arcadio quiero yo establecer mi campamento. Luchemos contra el mundo como si de Aureliano se tratase, y emprendamos el regreso a la cuidad de los cien años.
Qué hediondas las aceras desde que el viento me arrancó Macondo de las entrañas, qué cien años de soledad me esperan si no vuelve un Buendía a decirme que el café se toma sin azúcar.
Que hermoso el dolor cuando mi corazón libra en sus llanuras las batallas de aquella estirpe y cuando el remordimiento me come a mi también como si fueran las hormigas

4 comentarios:

  1. Como lo prometido es deuda y aunque ya te lo he comentado en persona (y sabes que me encanta), hago los honores y escribo el primer comentario de tu blog.

    Un abrazo

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  2. Hago el segundo, aunque también sabes mi opinión.

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  3. Perdona, pero por casualidades de la vida alguien me enseño esta entrada y no he podido reprimir el impulso de firmar, porque merece la pena todo aquello que nos haga recordar que las estirpes condenadas a cien años de soledad no tienen una segunda oportunidad sobre la tierra.

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  4. Estoy seguro de que esto es solo una pequeña parte de todo lo que podremos disfrutar con este blog. Nunca dejes de escribir.

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