Y si de pronto
Benedetti decidiera resucitarse
y venir a recitarnos
una patria de amor
en los bolsillos.
Aunque sea sucia,
Aunque sea herida,
Aunque sea tuya,
Aunque sea mía.
¿Podrías jurarme una
vez más que me desprecias?
Si viniera Benedetti y
te hablara de la ausencia
Si volviera
ensangrentado
Y medio muerto.
¿Tú serías capaz, mengano Dulce
Osado
Eterno
De renunciar a la
utopía?
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